El 30 de septiembre, J.P. Morgan sacó su Guía a los mercados correspondiente al último trimestre de 2024. Destaca el siguiente gráfico, que muestra el gasto de capital de Alphabet, Amazon, Meta, Microsoft, y Oracle, a quien J.P. Morgan denomina los “AI hyperscalers”.1 J.P. Morgan estima que el gasto de capital de estas 5 empresas para 2023 fue de 126 mil millones de dólares (billions) y llegue a 192 mil millones este año.
Es fácil perder la magnitud del gasto de los AI hyperscalers, así que vamos a ponerlas en contexo:
Si fueran un país, los hyperscalers serían la 27ª economía con mayor formación de capital del mundo.
El gasto de capital de estas compañías en 2023 fue mayor que la inversión de todos los países latinoamericanos excepto México y Brasil. La economía latinoamericana cuya inversión total más se aproxima al gasto de los hyperscalers es Argentina. Creo que esto vale la pena ser resaltado: el gasto de capital de los hyperscalers es equivalente a la inversión de TODA la economía argentina (pública y privada), y este año muy probablemente lo superará por mucho. Si el caso argentino parece irrelevante por la volatilidad económica de ese país, baste mencionar que el gasto de capital de las hyperscalers es similar a la inversión total de Austria y Noruega.
El gasto de capital de estas compañías es equivalente al presupuesto de educación del gobierno de México.
El gasto de capital de estas compañías es equivalente al gasto de capital conjunto de las 42 economías más pequeñas del mundo.2
Una comparación adicional es ver la inversión total de las hyperscalers con la de las dos economías inmediatamente encima de ellas en términos de inversión (Israel y Austria) y las dos economías inmediatamente debajo (Noruega y Argentina) a 2023. La velocidad a la que estas compañías han aumentado su gasto de capital es vertiginosa, principalmente a partir de la segunda mitad de los 2010, mientras que Argentina, Noruega y Austria presentan un crecimiento más bien parsimonioso en comparación.3 Y para los que creen que esta tendencia de veinte años es una burbuja insostenible, sugiero ver nuevamente el gráfico de J.P. Morgan (eje derecho), en donde se ve que esta inversión está soportada por flujos libres de efectivo crecientes.
Desde el punto de vista del no experto, es difícil concebir que tanto dinero se inverta en la infraestructura de inteligencia artificial. Para muchos, la inteligencia artificial es ChatGPT y Discord -es decir, teoremas explicados con letras de los Tigres del Norte y memes woke, por lo que estos montos pueden parecer absurdos. Sin embargo, la inteligencia artificial generativa (ChatGPT y Discord) es apenas la punta del iceberg. En realidad, los hyperscalers llevan utilizando inteligencia artificial de tiempo atrás, y muy probablemente la tecnología ya esté cambiando los mercados laborales.
Estos gráficos dejan distintos mensajes y preguntas para distintas audiencias:
Para los inversionistas:
Las AI hyperscalers son cortesía del capitalismo estadounidense. Solo hay dos naciones en el mundo capaces de llevar a cabo la revolución de AI: Estados Unidos y China, y solo EUA ofrece el ambiente en el que las empresas pueden crecer relativamente libres
En algún momento, uno se tiene que dar cuenta que la diversificación en mercados fuera de EUA no tiene mucho sentido.
¿Qué va a parar el gasto de capital de los AI hyperscalers? Esto en el entendido de que, si bien el gasto en infraestructura es cíclico, la realidad es que quizá sea más prudente empezar a considerar el gasto en centros de datos como OPEX.
Para los funcionarios públicos encargados del fomento económico en economías emergentes y frontera:
¿Vale la pena seguir fomentando el desarrollo nacional, o es mejor crear fondos soberanos que inviertan en renta variable estadounidense y financiar esquemas de ingreso universal con los retornos?
Para los expertos en desarrollo internacional:
Se ha mencionado que el desarrollo está muerto. ¿Hay todavía esquemas que permitan acumular capital (y por ende aumentar los ingresos) para hacer catch up con las economías más desarrolladas?
J.P. Morgan define a los AI hyperscalers como “compañías grandes que utilizan computación en la nube que son dueñas y operan centros de datos con servidores horizontalmente integrados que, junto con capacidades de almacenamiento de datos y enfriamiento, les permiten albergar y operar cargas de trabajo de inteligencia artificial” [traducción libre].
Estas 42 economías son, en orden descendente: Túnez, El Salvador, Mongolia, Botswana, Guinea, Armenia, Camboya, Burkina Faso, Cisjordania y Gaza, Brunei Darusalam, Níger, Nicaragua, Malta, Congo, Mauritania, Mali, Kosovo, Macedonia del Norte, Gabón, Moldova, Namibia, Madagascar, Chad, Mauricio, Rwanda, Bahamas, Hatí, Sudán, Togo, Montenegro, Djibouti, Gambia, Fiji, Belice, República Centroafricana, Cabo Verde, Guinea, Bissau, Sierra Leone, Samoa, Seychelles, Burundi y Comoros.
No deja de ser interesante la evolución del gasto de capital de Israel, la nación start-up y probablemente el país más innovador de la Tierra.